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jueves, 24 de noviembre de 2016

REDACTANDO TRABAJOS ESCRITOS PARA LA UNIVERSIDAD

REDACTANDO TRABAJOS ESCRITOS PARA LA UNIVERSIDAD
Comentario general acerca de los informes, ensayos, análisis y artículos

Por: Luís Mezones Medina

En el caso particular de este escrito, la intención va más allá de la orientación académica, quiero inmiscuirme en la cotidianidad de tu proceso formativo; porque la mayoría de las veces que nos disponemos a profundizar en algún campo del saber, es probable que intentemos demostrar nuestro nivel de avance en esa área a través de alguna forma de comunicación, ya sea verbal o por escrito. Aquí nos interesa principalmente hacerle frente a la modalidad escrita, que frecuentemente es también la base de algunas intervenciones verbales.
Inclusive me tomo la licencia de dirigirme a ti, sí, precisamente a ti que tienes que presentar un trabajo escrito en la universidad y te resulta tedioso tener que escribir sobre temas que sería mucho más sencillo comentarlos verbalmente; pero resulta que la dinámica universitaria exige que dejemos por escrito nuestros pensamientos: cuán importante es la escritura, que permite regresar a la vida a quienes ya no están con nosotros y nos permiten conocer a quienes jamás habríamos tenido el agrado (o molestia) de escuchar.
Más allá de la idealización de los escritores célebres, centrémonos en el acto de la redacción de una asignación universitaria: mis reflexiones en este momento emanan de la experiencia de haberme sentado en varias ocasiones preguntándome ¿cómo cumplo con esta asignación?, sobremanera en dos extremos: cuando el tema es tan atractivo y lo manejamos a la perfección y quisiéramos presentar miles de páginas pero quien nos evaluará apenas quiere que todo se sintetice en tres cuartillas; o cuando desconocemos en tema, tenemos poco interés por el mismo y se nos hace interminable ese primer párrafo que tras terminarlo nada más nos queda por decir.
Es esencial que sepamos qué tipo de trabajo realizaremos y sobre qué tema trabajaremos, e inclusive es oportuno conocer cómo aprecia el tema quien nos leerá, porque la redacción de un comentario personal tendrá una orientación con respecto al tema muy diferente a un análisis de las formas de participación de las personas dentro del proceso educativo desde una teoría específica.
También serán distintas las miradas que puedan tenerse acerca de la educación, las políticas públicas, la salud, las innovaciones tecnológicas, las bellas artes o el deporte; pero aún más complejo es elegir el estilo y la profundidad con la que expresaremos nuestras ideas ante diversas audiencias, pues temas como la seguridad y defensa de la nación no se trabajarán de la misma manera ante periodistas, estudiantes de bachillerato u oficiales del ejército.
Una vez que sé el tema, tipo de trabajo y público para el cual está destinado mi escrito, procedo a delinear cómo abordaré el tema, cómo le haré frente e inclusive puedo dedicar tiempo a perfilar mi estilo personal de redacción: la mayoría de los trabajos universitarios exigen un estilo formal, sobrio, sencillo e impersonal; sin embargo algunos géneros como el ensayo, los artículos de opinión e inclusive reportes de estudios cualitativos permiten el uso del estilo personal (inclusive opino que lo nutren mucho más).
Entre la pretensión de objetividad que nos produce la falsa creencia de expresar las cosas “tal como son”, habría que asumir que efectivamente somos seres humanos mediados por nuestros sentidos, formas de comprensión de la realidad determinadas por nuestras condiciones materiales de existencia y que todo cuanto para nosotros existe en el universo, nos viene dado a través del lenguaje.
Sin embargo tampoco podemos permitirnos alguna posición de “vale todo” o del “todo es relativo”, porque evidentemente un fenómeno que influya negativamente sobre las condiciones de vida las personas, bajo ninguna manera podemos pretender “buscarle el lado bueno” en el posible beneficio que otra persona obtenga, caer en ello es moralmente cuestionable y denotaría una enorme carencia ética en quien se manifieste de esa manera.
Ya regresando a los posibles trabajos que podemos presentar en la universidad, aparecen el informe como un reporte que se ofrece a quien realizará la verificación de lo que le estamos comunicando; generalmente quien lee un informe quiere conocer los resultados de la actividad realizada, bien sea la búsqueda de información, el estudio de un fenómeno (social o físico), un experimento o actividades realizadas en el marco de una actividad, pero también necesitamos conocer los procedimientos realizados para alcanzar esos hallazgos.
Para los resultados de una encuesta queremos saber a cuántas personas consultaron y en qué lugares; más que los goles logrados en el partido de fútbol, nos emocionan más las circunstancias en las que cada tanto se anotó; en la redacción noticiosa no sólo queremos el titular sino que nos interesan las circunstancias del suceso, estos son ejemplos de informe en los cuales se expresan procedimientos, resultados, conclusiones e incluso pronósticos.
Como el narrador deportivo pocas veces disimula su simpatía por el equipo de su preferencia, puede suceder que el periodista exprese su posición ética e inclusive partidista con relación a alguno de los hechos noticiosos que reseña; de manera que queda abierta la posibilidad de emitir opiniones personales en los trabajos académicos, siempre y cuando estas se fundamenten sólidamente en fuentes conceptuales, normativas o filosóficas: esta es la naturaleza académica del ensayo, texto argumentativo donde el autor toma posición con respecto a un tema para defender o rebatir alguna idea.
Claro que si el informe implica la socialización de los resultados de un proceso que también queremos conocer cómo sucedió, y el ensayo contempla la presentación de argumentos del autor con respecto a un tema, ya sea para rebatirlo o para apoyarlo; en el caso del análisis, este pareciera limitarse a la descomposición del todo en sus partes, ejemplo de ello sería cuando pretendemos analizar el sistema educativo venezolano: de inmediato identificaremos las personas que participan del proceso, las normas jurídicas que los viabilizan, las instituciones que lo ejecutan, los procedimientos que se realizan para que se produzca de la manera como está establecido, los fundamentos conceptuales que soportan la práctica educativa, entre otros aspectos.
El relación con los artículos o papers, son la denominación genérica que se utiliza para las comunicaciones escritas que generalmente están destinadas a publicación, ya sea por la vía de las revistas especializadas en los ámbitos científico, artístico o humanístico; claro está que existe una clara diferencia entre los reportes de investigación publicados en medios especializados en un área del saber específica, y los artículos de opinión que pueden presentarse en la prensa diaria o en alguna publicación digital: la diferencia entre ambos extremos que te indico, están en que el primero exige excesiva rigurosidad científica mientras que el estilo personal y la frescura de la redacción es propio del otro extremo.
Ya te he comentado varios géneros de trabajo académico que solemos presentar en la universidad, ahora considero oportuno mencionarte algunas características generales de su contenido (que en todos casos no serán los mismos, pero que es oportuno manejar), son algunos tips para el cierre de esta publicación: (a) es importante el uso de los subtítulos para facilitar la lectura de trabajos de mediana y larga extensión, pero no debe abusarse de ellos; (b) el título del trabajo debe ser una síntesis completa de todo el trabajo, además debe ser original e ilustrativo de su contenido; (c) varios géneros de trabajo académico contemplan la existencia de un resumen, que como su nombre lo expresa, reúne en menos de doscientas cincuenta (250) palabras el propósito del trabajo, el tema o problema central, los fundamentos conceptuales y normativos, el procedimiento de la preparación del trabajo, los principales hallazgos, conclusiones, recomendaciones y las palabras clave (entre tres y cinco), que son los conceptos fundamentales del trabajo; (d) la introducción es una presentación general del trabajo que pretende ubicar al lector en el tema o problema central que el trabajo analiza; (e) el contenido general del trabajo debe presentarse con la mayor profundidad conceptual posible, siempre ofreciendo el autor su mirada del tema; (f) la conclusión es el cierre que se le ofrece al lector acerca del tema, emanan del contraste de los resultados con los objetivos planteados al inicio del trabajo.
Finalmente, es importante que en cada trabajo académico se presenten las referencias bibliográficas de las obras, que deben citarse de forma correcta. 

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