REDACTANDO TRABAJOS ESCRITOS PARA LA UNIVERSIDAD
Comentario general acerca de los informes, ensayos, análisis y
artículos
Por: Luís Mezones
Medina
En el caso particular de este escrito, la intención va
más allá de la orientación académica, quiero inmiscuirme en la cotidianidad de tu
proceso formativo; porque la mayoría de las veces que nos disponemos a
profundizar en algún campo del saber, es probable que intentemos demostrar
nuestro nivel de avance en esa área a través de alguna forma de comunicación,
ya sea verbal o por escrito. Aquí nos interesa principalmente hacerle frente a
la modalidad escrita, que frecuentemente es también la base de algunas
intervenciones verbales.
Inclusive me tomo la licencia de dirigirme a ti, sí,
precisamente a ti que tienes que presentar un trabajo escrito en la universidad
y te resulta tedioso tener que escribir sobre temas que sería mucho más
sencillo comentarlos verbalmente; pero resulta que la dinámica universitaria
exige que dejemos por escrito nuestros pensamientos: cuán importante es la
escritura, que permite regresar a la vida a quienes ya no están con nosotros y
nos permiten conocer a quienes jamás habríamos tenido el agrado (o molestia) de
escuchar.
Más allá de la idealización de los escritores célebres,
centrémonos en el acto de la redacción de una asignación universitaria: mis
reflexiones en este momento emanan de la experiencia de haberme sentado en
varias ocasiones preguntándome ¿cómo cumplo con esta asignación?, sobremanera
en dos extremos: cuando el tema es tan atractivo y lo manejamos a la perfección
y quisiéramos presentar miles de páginas pero quien nos evaluará apenas quiere
que todo se sintetice en tres cuartillas; o cuando desconocemos en tema,
tenemos poco interés por el mismo y se nos hace interminable ese primer párrafo
que tras terminarlo nada más nos queda por decir.
Es esencial que sepamos qué tipo de trabajo realizaremos
y sobre qué tema trabajaremos, e inclusive es oportuno conocer cómo aprecia el
tema quien nos leerá, porque la redacción de un comentario personal tendrá una
orientación con respecto al tema muy diferente a un análisis de las formas de
participación de las personas dentro del proceso educativo desde una teoría
específica.
También serán distintas las miradas que puedan tenerse
acerca de la educación, las políticas públicas, la salud, las innovaciones
tecnológicas, las bellas artes o el deporte; pero aún más complejo es elegir el estilo y la profundidad con la que expresaremos nuestras ideas ante
diversas audiencias, pues temas como la seguridad y defensa de la nación no se
trabajarán de la misma manera ante periodistas, estudiantes de bachillerato u
oficiales del ejército.
Una vez que sé el tema, tipo de trabajo y público para el
cual está destinado mi escrito, procedo a delinear cómo abordaré el tema, cómo
le haré frente e inclusive puedo dedicar tiempo a perfilar mi estilo personal
de redacción: la mayoría de los trabajos universitarios exigen un estilo
formal, sobrio, sencillo e impersonal; sin embargo algunos géneros como el ensayo,
los artículos de opinión e inclusive reportes de estudios cualitativos permiten
el uso del estilo personal (inclusive opino que lo nutren mucho más).
Entre la pretensión de objetividad que nos produce la
falsa creencia de expresar las cosas “tal como son”, habría que asumir que
efectivamente somos seres humanos mediados por nuestros sentidos, formas de
comprensión de la realidad determinadas por nuestras condiciones materiales de
existencia y que todo cuanto para nosotros existe en el universo, nos viene
dado a través del lenguaje.
Sin embargo tampoco podemos permitirnos alguna posición
de “vale todo” o del “todo es relativo”, porque evidentemente un fenómeno que
influya negativamente sobre las condiciones de vida las personas, bajo ninguna
manera podemos pretender “buscarle el lado bueno” en el posible beneficio que
otra persona obtenga, caer en ello es moralmente cuestionable y
denotaría una enorme carencia ética en quien se manifieste de esa manera.
Ya regresando a los posibles trabajos que podemos
presentar en la universidad, aparecen el informe como un reporte que se
ofrece a quien realizará la verificación de lo que le estamos comunicando;
generalmente quien lee un informe quiere conocer los resultados de la actividad
realizada, bien sea la búsqueda de información, el estudio de un fenómeno
(social o físico), un experimento o actividades realizadas en el marco de una
actividad, pero también necesitamos conocer los procedimientos realizados para
alcanzar esos hallazgos.
Para los resultados de una encuesta queremos saber a
cuántas personas consultaron y en qué lugares; más que los goles logrados en el
partido de fútbol, nos emocionan más las circunstancias en las que cada tanto
se anotó; en la redacción noticiosa no sólo queremos el titular sino que nos
interesan las circunstancias del suceso, estos son ejemplos de informe en los
cuales se expresan procedimientos, resultados, conclusiones e incluso
pronósticos.
Como el narrador deportivo pocas veces disimula su
simpatía por el equipo de su preferencia, puede suceder que el periodista
exprese su posición ética e inclusive partidista con relación a alguno de los
hechos noticiosos que reseña; de manera que queda abierta la posibilidad de
emitir opiniones personales en los trabajos académicos, siempre y cuando estas
se fundamenten sólidamente en fuentes conceptuales, normativas o filosóficas:
esta es la naturaleza académica del ensayo, texto argumentativo donde el autor toma posición con respecto a un tema para defender
o rebatir alguna idea.
Claro que si el informe implica la socialización de los
resultados de un proceso que también queremos conocer cómo sucedió, y el ensayo
contempla la presentación de argumentos del autor con respecto a un tema, ya
sea para rebatirlo o para apoyarlo; en el caso del análisis, este
pareciera limitarse a la descomposición del todo en sus partes, ejemplo de ello
sería cuando pretendemos analizar el sistema educativo venezolano: de inmediato
identificaremos las personas que participan del proceso, las normas jurídicas
que los viabilizan, las instituciones que lo ejecutan, los procedimientos que
se realizan para que se produzca de la manera como está establecido, los fundamentos
conceptuales que soportan la práctica educativa, entre otros aspectos.
El relación con los artículos o papers, son la
denominación genérica que se utiliza para las comunicaciones escritas que
generalmente están destinadas a publicación, ya sea por la vía de las revistas
especializadas en los ámbitos científico, artístico o humanístico; claro está
que existe una clara diferencia entre los reportes de investigación publicados
en medios especializados en un área del saber específica, y los artículos de
opinión que pueden presentarse en la prensa diaria o en alguna publicación
digital: la diferencia entre ambos extremos que te indico, están en que el
primero exige excesiva rigurosidad científica mientras que el estilo personal y
la frescura de la redacción es propio del otro extremo.
Ya te he comentado varios géneros de trabajo académico que
solemos presentar en la universidad, ahora considero oportuno mencionarte
algunas características generales de su contenido (que en todos casos no serán
los mismos, pero que es oportuno manejar), son algunos tips para el cierre de
esta publicación: (a) es importante el uso de los subtítulos para facilitar la
lectura de trabajos de mediana y larga extensión, pero no debe abusarse de
ellos; (b) el título del trabajo debe ser una síntesis completa de todo el
trabajo, además debe ser original e ilustrativo de su contenido; (c) varios
géneros de trabajo académico contemplan la existencia de un resumen, que como su nombre lo expresa,
reúne en menos de doscientas cincuenta (250) palabras el propósito del trabajo,
el tema o problema central, los fundamentos conceptuales y normativos, el
procedimiento de la preparación del trabajo, los principales hallazgos,
conclusiones, recomendaciones y las palabras clave (entre tres y cinco), que son los conceptos fundamentales del trabajo; (d) la introducción es una presentación general
del trabajo que pretende ubicar al lector en el tema o problema central que el
trabajo analiza; (e) el contenido general del trabajo debe presentarse con la
mayor profundidad conceptual posible, siempre ofreciendo el autor su mirada del
tema; (f) la conclusión es el cierre que se le ofrece al lector acerca
del tema, emanan del contraste de los resultados
con los objetivos planteados al inicio del trabajo.
Finalmente, es importante que en cada trabajo académico
se presenten las referencias bibliográficas de las obras, que deben citarse de
forma correcta.
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