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lunes, 11 de junio de 2012

COLUMNA: ESCUDRIÑANDO EN INVESTIGACIÓN

Fuente: Columna Escudriñando en Investigación.
Publicada en el Diario Hoy de Vargas. En fecha del 06 de junio de 2012. p. 12

Autor: Dr. Feliberto Martins Pestana, PhD. (USB)
     Dentro de la sociedad, el individuo es un sujeto actuante. Nunca es un actor mecánico, tiene cierto nivel de independencia. Por eso, solo los individuos pueden conocer. El conocimiento no es una parte más de su vida. Es su vida misma. Nos desarrollamos conociendo y posiblemente moriremos conociendo. Para mí, el individup es principalmente lo que piensa y conoce. Si no tiene el conocimiento, no puede defenderse en la vida, el saber es su mejor arma.
     Al manejar el conocimiento podemos cambiar y conocer para dar. Esta acción de conocer no es una actividad que se pueda llevar a cabo en la intimidad, bien de otros individuos, bien de los instrumentos culturalmente producidos que suministran los elementos mediadores. En sí, es un dinamismo intencional del individuo que, como parte de una sociedad utiliza y crea periferias en el esfuerzo colaborativo de entender mejor su entorno para innovarlo y transformarlo.
     Los individuos son la única especie animal que ejecuta un traspaso sistemático e intencional de los saberes. El aislar el trabajo de lo manual y lo intelectual es una interdicción para el pleno desarrollo humano, para la acción significativa y verdadera del conocimiento. El saber no es ecuánime ni separable de la práctica. Por eso muchos científicos, señalan que el conocimiento no debe ser juez ni parte. No sólo es un ajeno al interés de los individuos, sino que el tipo de saber está extremadamente atado al interés al que sirve.
     El saber es una edificación compleja que ciñe la interacción de los individuos. La generación del conocimiento no es un monumento extraño a la sociedad, se despliega dentro de ella a partir de sus intereses.
     Por eso, el saber es la capacidad de actuar, procesas y descifrar información para generar más conocimiento, puede ser interpretado y entendido por los individuos e incluso por máquinas. Muchos científicos e investigadores precisan dos formas de conocimiento, como una representación mental del contexto y como la información que se puede ceder de un ente a otro por vías no genéticas.
     Dado que el conocimiento constituye un aspecto tan esencial para la vida de los individuos, es natural que estos dediquen gran parte de su actividad a adquirir nuevos saberes. Se han visto abocados a asimilar la forma en cómo se piensa, en cómo se adquiere el conocimiento, en la manera de razonar y cómo el individuo se adapta social y culturalmente. Esto implica, que el individuo obligatoriamente debe acercarse al otro y es allí donde se forjan aquellos procesos socioculturales, que son los que dan sentido a la cotidianidad, hacen al individuo uno con el otro y proporcionan el canje.
     Por eso, considero que el conocimiento debe ser entendido como el saber consciente y fundamentado que el individuo es capaz de comunicar y discutir. El proceso de conocimiento debe ser concebido como una relación compleja entre dos elementos, el individuo conocedor, y el objeto o parte que se desea conocer. El conocimiento es siempre conocimiento para alguien, pasado por alguien, en la conciencia de alguien. Por eso no hay conocimiento sin individuo, pero también el conocimiento es siempre conocimiento de algo, de alguna cosa o un fenómeno de la misma conciencia, en todo caso aquello que es conocido se le denomina objeto del conocimiento.
     El saber es por tanto obra de la expresión del individuo. Así mismo esta locución es una labor esencial para él y acrecienta su desarrollo integral. Siempre digo que nacemos para el conocimiento.
Finalizo estas líneas con una frase del gran Aristóteles, quien sustenta en una de sus tantas locuciones que “La grandeza del ser humano está en su capacidad de conocer, en su afán de saber”.

1 comentario:

  1. Agradecimiento al Dr. Feliberto Martins por autorizar la publicación de su artículo en este espacio.

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